Pablo, Pablito, Pablete. Déjame que te diga dos cosas de manera sincera desde República Pirata, república porque aquí no hay rey y pirata porque parece que el libre pensamiento en este país España esta proscrito.
A mí me gustaría, además creo que es una necesidad muy sana en democracia, que disfrutáramos de una oposición fuerte, creíble y honrada. Pero tenemos lo que tenemos y así es porque así lo votamos en su día. Por eso te pido por favor que dejéis en tu partido de manosear la bandera que es de todos y con eso no se salvan vidas. Dale a un tonto una bandera y la llevará ondeante al fin del mundo, aunque para ello tenga que tirarse por un barranco. Dale un libro y como mínimo hará fuego para calentarse y tendrá además la oportunidad de aprender como hacer fuego sin quemar el libro.
Dejad de manosear la monarquía con defensas casposas y ridículas. Y no hay mejor defensa que respetarla y no utilizarla como arma arrojadiza. Que sois una máquina de crear republicanos. Y aunque sea una institución anacrónica, hoy tiene aún un trabajo que hacer antes de que llegue la III República. Por algo, no utilizar el nombre de Dios en vano, es un mandamiento.
Por último, dejad de manosear la Constitución. Porque cada vez que apeláis a ella para armaros de razones contra el adversario político, la estiráis tanto que se le ven las costuras. Por ello la cada vez más clara necesidad de remendarla para dar encaje a las realidades de todos los españoles del siglo XXI.